El próximo 15 de mayo, patrón de los agricultores San Isidro Labrador, se procederá a la presentación oficial del mural pintado por el pintor Pascual Aranda, dedicado al Valladolid de los años 60, representando desde el sembrado hasta la recogida de las piñas.
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Fotografía, Antonio Serra Junior |
Vista general del Mural del lateral del Museo de Aperos del Ayer, en Valladolid
El pintor vallisoletano Pascual Aranda, obsequia a los vallisoletanos con un enorme mural que transcurre a lo largo de los veinticinco metros que ocupan la parte inferior de la fachada sur del Museo Etnográfico Aperos del Ayer, anexo a la ermita de San Isidro de Valladolid, sita en el popular barrio del mismo nombre de la capital de Castilla y León.
El Museo Aperos de Labranza (“Aperos del ayer”), fue inaugurado el 15 de mayo de 2012, como anexo al que existe en la Santa Espina (Valladolid), y en él se pueden encontrar las herramientas “aperos” de labranza propios de la época en que la agricultura tradicional era la principal actividad en la economía de Castilla y León.
De izquierda a derecha, se desgrana en ocho sub-murales:
1. Mural Valladolid en 1964
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Fotografía de Pascual Aranda |
Valladolid en 1964, según la interpretación de Pascual Aranda
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Fotografía de Antonio Serra Junior |
Valladolid en 1964, según los pinceles de Pascual Aranda
Nos encontramos con las faenas típicas de la señorial tierra castellana propias de los años sesenta del pasado, y no tan lejano siglo XX. Esos años que fueron cruciales en el paso de una economía preferentemente agrícola a una industrialización deshumanizada y despersonalizada. No es que sea contrario al progreso, sino todo lo contrario. Pero lo que si echo de menos es el olvido de unos valores y de unas esencias que marcaron el carácter de un pueblo.
2. Mural La siembra
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Fotografía de Antonio Serra Junior |
3. Mural El pastor
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Fotografía de Antonio Serra Junior |
Algunos creen que ha pasado una eternidad. Es cierto. El tiempo transcurre cada vez más rápido. Todo evoluciona a una velocidad de vértigo. Pero ello no es ni óbice ni excusa para que nos olvidemos de nuestro acervo popular. Si un pueblo quiere tener un futuro digno al que dirigir sus pasos ha de tener claro cuáles son sus orígenes, sus tradiciones, sus raíces. Nunca se ha de menospreciar el incalculable valor de sus gentes. Hombres y mujeres incansables en su afán de progresar a través del trabajo, del esfuerzo y del sacrificio.
4. Mural La romería
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Fotografía Antonio Serra Junior |
5. Mural La siega

Fotografía en la que podemos ver a Pascual Aranda pintando uno de los murales
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Fotografía de Antonio Serra Junior |
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Fotografía de Antonio Serra Junior |
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Fotografía de Antonio Serra Junior |
Pascual Aranda, en un excelente trabajo (el cual seguramente será firmado por algún descerebrado, por no llamarle lo que todos estamos pensando) nos traslada a esos duros años en los que la tierra castellano-leonesa transitaba entre dos mundos: la tradición y el progreso. Y lo hace con un lenguaje plástico que todo el mundo puede entender.

El pintor trabajando en el mural
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Fotografía de Antonio Serra Junior |
Un pintor enamorado de su tierra, de sus colores ocres, impregnado de esa luz del estío que todo lo llena; ha jugado con los colores y con las tradiciones para que los jóvenes, inmersos en el mundo de la imagen, guarden en su memoria tiempos remotos para ellos, pero llenos de vida; y, a su vez, para que los mayores evoquen “aquellos tiempos”.
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Fotografía de Antonio Serra Junior |
Y justo al lado, puede verse esta escultura: se trata de una obra del escultor Tordolín de Padilla (Emilio Torres Pérez, “Tordolín de Padilla”, Padilla de Arriba, Burgos). Escultura monumental en homenaje a los agricultores castellano-leoneses, representada por unas manos con unas espigas.
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